La seguridad y salud en el trabajo hoy en día se ha vuelto crucial en toda organización, afirmando de esta manera, que las personas son el activo más valioso de una empresa. El trabajo realizado para subsidiar y satisfacer las necesidades de las personas guarda una estrecha relación con la salud ya que esta puede deteriorarse al enfrentarse a deficiencias en las condiciones de trabajo. Esta problemática es latente en nuestra cotidianidad y es evidenciada por hechos e indicadores.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de un accidente o enfermedad ocupacional, sumando de esta manera, un aproximado de 6.300 personas fallecidas a causa de malas condiciones laborales. Estas cifras indican una gran debilidad en los Sistemas de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo de las empresas a nivel global. Por ese motivo, es necesario enfatizar e incentivar una cultura de prevención eficiente, gestionando los riesgos de manera holística y, sobre todo, involucrando a la alta dirección en la toma de decisiones para la mejora continua.
Por una parte, el impacto global de la pandemia en las actividades cotidianas y laborales ha generado diversos cambios y nuevos planteamientos en la salud mundial. Es así como durante estos dos últimos años, los gobiernos han establecido lineamientos para controlar los contagios y minimizar los efectos de la COVID 19. Dentro de estos, uno de los más eficientes ha sido la vacunación al disminuir el nivel de mortalidad por el virus y al permitir la reactivación económica a nivel mundial.
Por otra parte, la pandemia también supuso nuevos retos y oportunidades en cuanto al Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo al prestar mayor atención a los hábitos que van más allá de lo laboral y su impacto en la salud de las personas. Por tal motivo, la propuesta e implementación de acciones de mejora en diversos aspectos tales como los hábitos saludables de los trabajadores, ha sido fundamental para generar un cambio positivo en sus condiciones de salud. Se entiende por hábitos saludables a todas aquellas conductas asumidas como propias en la vida cotidiana y que inciden positivamente en el bienestar físico, mental y social. Estos deben ser fomentados y practicados de manera personal y en sociedad con las empresas u organizaciones para generar conciencia en los trabajadores y lograr una mejora en los indicadores de salud ocupacional.

1. La alimentación:
Es importante respetar nuestras horas de comida y evitar posponerlas por la recarga laboral en oficina o trabajo remoto. Comer fuera de hora perjudica nuestra salud, generando problemas alimenticios, gastritis e incluso obesidad si no se lleva una alimentación balanceada.

2. Actividad física en el lugar de trabajo:
El movimiento y las pausas activas son primordiales para reducir el sedentarismo y prevenir enfermedades futuras. Por lo cual:
Es fundamental interrumpir los periodos sedentarios prolongados de más de 2 horas.
Dar un breve paseo, si es posible al aire libre.
Realizar sesiones cortas de ejercicio físico con estiramientos.

3. Bienestar emocional en el entorno de trabajo:
Gran parte del día se desarrolla en el puesto de trabajo, donde interactúas con personas del ámbito laboral con distintos puntos de vista. Ello, sumado a la recarga laboral, puede generar conflictos que suponen problemas emocionales de estrés laboral, disminuyendo la productividad y desencadenando en un problema físico y mental. Por ese motivo, es importante aplicar estrategias que contrarresten este tipo de situaciones, tales como la comunicación asertiva y la práctica de técnicas de relajación. Asimismo, es vital que las empresas refuercen su sistema de gestión de salud ocupacional instaurando una cultura preventiva a través de las siguientes acciones.
- Realizar un análisis estratégico, involucrando a la alta dirección y a todos los trabajadores
- Fomentar la participación y consulta de los trabajadores.
- Gestionar los riesgos de manera preventiva.
- Definir las funciones y responsabilidad de todos los involucrados en referencia a SST.
- Lograr un ambiente de trabajo seguro y saludable.
- Ejecutar programas preventivos en SST.
En conclusión, fortalecer la cultura preventiva, que implica saber cómo y dónde actuar, depende de cada uno de nosotros y del compromiso de vivir y llevar un estilo de vida saludable. Estos factores ayudarán a minimizar el deterioro de nuestra salud a corto y largo plazo permitiéndonos gozar de una mejor calidad de vida.
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Referencias:
Comunidad de Madrid (2021) Hábitos saludables en el trabajo. Recuperado de https://www.comunidad.madrid/servicios/salu- d/habitos-saludables-trabajo
OMS (2017) Protección de la salud de los trabajadores. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detai- l/protecting-workers’-health